Entrando en Guyana
En Guyana se respira un aire diferente al de los demas paises por los que he pasado, inclusive culturalmente es marcada la diferencia con Surinam.
Solo entrar y tres sujetos se acercaron apresuradamente a ofrecerme cambio de dinero, con una cara de malandras que preferi no cambiar, y mientras preguntaban intentaban revisar mis alforjas, preguntando que tenia ahi adentro.
No les presto atencion, como puedo salgo de esa situacion, y sigo mi camino. Mi primera impresion del pais definitivamente no es buena.
Desde el inicio del camino en Springlands hasta Georgetown, el camino de la costa se caracteriza por estar lleno de casas y pueblos, todos alrededor de la carretera, uno tras otro. A las pocas horas de pedaleo decido parar. No me siento seguro, asi que busco un hotel para hospedar la primera noche y partir temprano al día siguiente. Mala idea, pues casi no consigo dormir con el ruido que había afuera.
El segundo día de pedaleo comienzo a observar el país con mas calma, la mayoría de la gente me saluda en el camino, me dan dinero para seguir el viaje. Conversando con algunos de ellos me comentan que el país es definitivamente peligroso, y que mientras mas me acerque a la capital, mayor es la polarización racial. hindúes y negros de vez en cuando tienen problemas entre ellos. Afortunadamente me comentan que los blancos en general son respetados. (si bien no soy blanco, en este país esta es la categoría en la que me pusieron los locales).
A medida que avanzo comienzo a ver el desorden local. Los conductores en teoría manejan por la izquierda, al igual que en Surinam, sin embargo seguido me topo con algún loco viniendo en sentido contrario. Algo que me llamo la atención en este lugar, es haber visto una cantidad muy grande de arroz esparcido por el suelo. Pensé que un camión se había dado vuelta, pues con este nivel de conductores es muy posible, sin embargo comienzo a observar esto una y otra vez en el camino. Definitivamente no son los camiones los que se han dado vuelta, son los campesinos locales que desarrollan el proceso de secado del arroz utilizando la carretera para ello. Quede perplejo, pues este nivel de desorden es algo mayor a lo habitual.
La gente local fuera de la capital me parece muy simpática, por lo que puedo avanzar tranquilo, parando a ratos a conversar y comer alguna cosa. Mi segunda impresión del país nuevamente no es buena. Sin embargo la posterior visita al interior del país me pareció una de las mas maravillosas de todo el viaje, lo cual igualo la balanza de mi percepción de este rincón del mundo.
Solo entrar y tres sujetos se acercaron apresuradamente a ofrecerme cambio de dinero, con una cara de malandras que preferi no cambiar, y mientras preguntaban intentaban revisar mis alforjas, preguntando que tenia ahi adentro.
No les presto atencion, como puedo salgo de esa situacion, y sigo mi camino. Mi primera impresion del pais definitivamente no es buena.
Desde el inicio del camino en Springlands hasta Georgetown, el camino de la costa se caracteriza por estar lleno de casas y pueblos, todos alrededor de la carretera, uno tras otro. A las pocas horas de pedaleo decido parar. No me siento seguro, asi que busco un hotel para hospedar la primera noche y partir temprano al día siguiente. Mala idea, pues casi no consigo dormir con el ruido que había afuera.
El segundo día de pedaleo comienzo a observar el país con mas calma, la mayoría de la gente me saluda en el camino, me dan dinero para seguir el viaje. Conversando con algunos de ellos me comentan que el país es definitivamente peligroso, y que mientras mas me acerque a la capital, mayor es la polarización racial. hindúes y negros de vez en cuando tienen problemas entre ellos. Afortunadamente me comentan que los blancos en general son respetados. (si bien no soy blanco, en este país esta es la categoría en la que me pusieron los locales).
A medida que avanzo comienzo a ver el desorden local. Los conductores en teoría manejan por la izquierda, al igual que en Surinam, sin embargo seguido me topo con algún loco viniendo en sentido contrario. Algo que me llamo la atención en este lugar, es haber visto una cantidad muy grande de arroz esparcido por el suelo. Pensé que un camión se había dado vuelta, pues con este nivel de conductores es muy posible, sin embargo comienzo a observar esto una y otra vez en el camino. Definitivamente no son los camiones los que se han dado vuelta, son los campesinos locales que desarrollan el proceso de secado del arroz utilizando la carretera para ello. Quede perplejo, pues este nivel de desorden es algo mayor a lo habitual.
La gente local fuera de la capital me parece muy simpática, por lo que puedo avanzar tranquilo, parando a ratos a conversar y comer alguna cosa. Mi segunda impresión del país nuevamente no es buena. Sin embargo la posterior visita al interior del país me pareció una de las mas maravillosas de todo el viaje, lo cual igualo la balanza de mi percepción de este rincón del mundo.
Los dias en Georgetown
Nada mas llegar a Georgetown y pude sentir la inseguridad del lugar en el aire. Aca todos me miraban, pues soy claramente un extranjero, un "white man" como ellos me llamaban. Algunos con expresion desafiante me decian a la cara "Tourist". Sin embargo, cada vez que algo asi acontecia, los miraba fijo a los ojos, con mirada segura y nada agresiva, hasta que decidian bajar la vista. Poco a poco, comienzo a integrarme en esta particular sociedad. Para mi la clave es caminar seguro, y ser amigable con toda la gente, asi que comienzo a saludar a todo el mundo, pues como todos siempre me quedaban mirando, que mejor que devolverles la mirada con un saludo.
Luego de un dia me comieza a llamar la atencion la pobreza local. La cantidad de vagabundos en las calles es realmente impresionante, muchos de ellos se van a los sucios esteros a pescar, y asi tener su alimento diario.
Y es en este entorno que decido hacer mis visitas locales, entre las mas destacadas es asistir a la Iglesia Anglicana Saint George. La gente fue muy calida, y me ayudo un poco a mejorar mi percepcion de esta ciudad.
Como parte del plan de viaje, en este punto pasaria a las islas caribenas, sin embargo no fue posible. Un intento de sacar pasajes a Republica Dominicana y otro intento a Cuba fueron mi preocupacion de estos dias, sin embargo no pudieron ser concretados, por lo que es aqui que decido cambiar mi ruta rumbo a Venezuela.
Luego de un dia me comieza a llamar la atencion la pobreza local. La cantidad de vagabundos en las calles es realmente impresionante, muchos de ellos se van a los sucios esteros a pescar, y asi tener su alimento diario.
Y es en este entorno que decido hacer mis visitas locales, entre las mas destacadas es asistir a la Iglesia Anglicana Saint George. La gente fue muy calida, y me ayudo un poco a mejorar mi percepcion de esta ciudad.
Como parte del plan de viaje, en este punto pasaria a las islas caribenas, sin embargo no fue posible. Un intento de sacar pasajes a Republica Dominicana y otro intento a Cuba fueron mi preocupacion de estos dias, sin embargo no pudieron ser concretados, por lo que es aqui que decido cambiar mi ruta rumbo a Venezuela.
El camino a Lethem, por las montanas de Iwokrama y la Sabana Guyanesa.
Luego de esta semana de estresante descanso en Georgetown, comienzo la pedaleada rumbo a la frontera con Brasil. Alrededor de 600 km me esperan por delante, de los cuales solo 100 son asfaltados, el resto, caminos de tierra en diferentes estados de conservacion.
Parto temprano en la mañana, con todas las ganas, sin embargo a los pocos minutos de pedaleada, mi animo comienza a cambiar. Si hay algo malo en la Guyana, es el nivel de sus conductores. Son malisimos!!!. permanentemente debia salir a un lado de la ruta, porque un auto o un camion se me venia encima, y a pesar de todo el peligro presente, hasta los ciclistas locales les encanta manejar en contra del transito, y también se me venían encima. Como sabran, entre mi equipaje llevo un palo, el que uso para apoyar la bicicleta. En estos momentos ya rondaba por mi cabeza darle un uso distinto, y usarlo para corregir a los conductores que por nada ponen en peligro la vida de las personas. Un buen palo y listo!! como se diria en mi pais, pero este se perdió en el momento oportuno.
Afortunadamente a medida que avanzaba los vehiculos comenzaban a disminuir. En la ciudad de Linden se termino el asfalto, y comienzo a adentrarme lentamente en la selva, y cada dia, mientras mas pedaleaba, menos autos me acompañaban, hasta no ver mas de 5 o 6 en un dia.
Los primeros dias en la selva fueron dificiles. Por un lado el calor, y por otro mi bicicleta iba mucho mas pesada de lo normal, dado que en este sector las distancias entre aldeas son grandes, las distancias entre pueblos lo son aun mas, teniendo mas de 450 km entre almacenes apropiados para la compra de viveres. Iba cargadisimo!!!
Los dias en el primer tramo de esta ruta fueron interesantes. El segundo dia de pedaleo, ya con menos autos, decido hacer una parada a comer alrededor de las 11 am. Lentamente, y en medio de la soledad de la selva, comienzo a escuchar un extraño sonido, como un llanto surgido del corazón del bosque, como si los arboles y algunos animales se estuvieran lamentando. Es la segunda vez que escucho este sonido. La primera vez fue junto con Rossi (La aventurera australiana), en la ribera del rio Tapajos, en la selva brasileña, y simplemente no pudimos darle una explicación, dado que el sonido es muy diferente del viento pasando por en medio de los arboles. En fin, mas adelante preguntaría a los amerindios locales el origen de este aterrador ruido de la naturaleza.
Durante este mismo dia, simplemente me llego la noche lejos de toda aldea, por lo que decidí acampar selva adentro. En esta noche me costo dormir. Los pasos de los animales rondando la carpa me despertaban continuamente, lo mismo acontecio durante la tercera jornada.
Acampando en medio de la selva, al levantar la carpa, percibo un animal mirandome. Era un cerdo salvaje, el cual solo mirarlo y salio disparado corriendo selva adentro. Día tras día de recorrido, podía observar una cantidad muy grande de animales, algunos de ellos me parecieron muy extraños, nunca habia imaginado que animales, principalmente aves de esos tipos, pudieran existir. Mas siempre sucedía lo mismo. Solo mirar a los animales y estos salian disparados a esconderse, por lo que tomar fotos de ellos no me resulto posible.
Es durante la tercerda jornada que el pedaleo se vuelve mas agradable. La selva es tan profunda que las copas de los arboles me dan sombra. Y es en estos momentos agradables e inspiradores que diviso a unos 20 mts al frente mio un jaguar. Creo que ni siquiera me vio. Solo cruzo el camino y se adentro mas aun en la selva. Este primer encuentro con un animal de este tipo de dejo muy fascinado, poder contemplar un jaguar en su habitat natural me parece muy bonito, sin embargo sabia en mi interior que no seria el unico.
Ya el cuarto dia de pedaleo, considero ya estar muy profundo en la selva. La ruta se vuelve durisima. El camino esta en un pesimo estado, lleno de arenales, por lo que me toca arrastrar la bicicleta por muchos Kilometros. Así sigo camino, esforzandome sobremanera, hasta llegar a la entrada del parque Iwokrama, un bellisimo parque nacional. A la entrada de este lugar y una vez atravesado el rio, paro muy temprano a descansar en Fairview, una aldea de amerindios en medio del parque nacional.
Esa noche fui invitado a compartir con los Amerindios locales. Estos tienen buena conversación, son hospitalarios. En medio de La conversa, un amerindio toma su rifle y sale con su interna a revisar la aldea. Los perros se han escondido súbitamente, los cual es alarma de que un jaguar se encuentra al acecho. Ellos me contaron que los jaguares no atacan humanos, al menos ninguno de ellos tiene recuerdo de eso, sin embargo en los últimos meses, estos felinos han estado comiéndose los perros, por lo que son un dolor de cabeza para la gente local. Iba a dormir en una hamaca, luego de esto armo mi carpa y duermo con un cuchillo al lado. Solo por si acaso.
Durante esta misma conversación, aprovecho de preguntar cual es el origen del tétrico sonido escuchado en el bosque. Los amerindios me miran helados, según la cultura local, este sonido corresponde al Bushman. Un espíritu que habita en las profundidades de la selva, nadie lo ha visto, sin embargo se puede escuchar en la soledad de la selva. Personalmente prefiero no creer en espíritus merodeando los oscuros bosques, sin embargo, no tengo una explicación lógica para esto. Con ruido o sin ruido, el viaje debe continuar.
Al amanecer nuevamente escucho el famoso lamento. Me levanto mas temprano de lo normal, dado que estoy al inicio del parque, y creo que acampar en medio de este y solo, no es de las mejores ideas, por lo que debo llegar a la siguiente aldea antes del anochecer. Tengo un presentimiento en mi interior, que de manera simbólica es momento de enfrentar algunos miedos internos.
Parto con los primeros rayos del sol. La zona es montañosa por lo que avanzo relativamente lento. Luego de una media hora llega el momento. En frente mío, a menos de 5 metros de distancia , un enorme Jaguar. El animal me mira fijamente, quizás sin saber si asociarme a una presa o a un depredador. Yo por otra parte recuerdo los comentarios de los negros que solo trabajan en la selva, tienen miedo de todo, y esto seria extremo para ellos, por otro lado recuerdo las palabras de los sabios Amerindios: “los jaguares no atacan personas”. Solo hay dos opciones; parar o seguir. No quiero que el Jaguar me perciba como su presa, por lo que seguir es el camino. Afortunadamente el jaguar sale corriendo y se adentra en los arboles, yo decido parar. Es momento de darle tiempo al animal para que huya, y no deba “defenderse”. Tomo en mi mano un cuchillo (para cortar pan) y una cadena (con la que amarro la Bici), que en caso de enfrentamiento no creo que me hubieran servido de mucho, y decido seguir los siguientes metros.
El momento ha pasado. Ya me siento tranquilo y se que puedo pedalear sin miedo hasta la siguiente aldea. No habrá mas jaguares.
Sigo camino inmerso en mis pensamientos. Antes de llegar al siguiente poblado, los arboles comienzan a disminuir de tamaño, y lentamente el horizonte comienza a abrirse espacio. Estoy saliendo de la selva, y al frente mío se encuentra la Sabana Guyanesa. Ya no habrá más selva. Ahora veo amplio. Una sensación que no experimentaba en un largo tiempo. La belleza del paisaje lentamente comienza a invadir mi interior. Esto es belleza decía en mi cabeza, mientras una lagrima caía. La sabana Guyanesa realmente me sorprendió. La grandiosidad de su paisaje y la calidez de sus habitantes me hicieron sentir en casa. Mientras pasaba, decenas de niños regresaban a sus casas desde el colegio, y uno a uno me saludaban, muy respetuosamente. Quizás no todos los días se ve un extranjero, en bicicletas por estos solitarios caminos.
Decido parar, y pregunto en una casa si puedo dormir ahí. Me invitan a quedarme algunos días a descansar. Que mejor!!!. Luego de 6 días en la selva me cae de maravilla descansar en una casa y compartir con una familia local, y a la vez conociendo el lado bello del país. Comparto mi último paquete de arroz, y preparo las energías para los últimos kilómetros, antes de llegar a Brasil, y pasar al siguiente país.
Mi tercera impresión de Guyana es mas que excelente, y en definitiva la belleza del interior, de la selva y la sabana combinado con la calidez de sus habitantes, hacen que pueda salir encantado con el país. Definitivamente su lado bueno, es mas bueno que el promedio de los países, pero es necesario buscarlo para experimentarlo.
Parto temprano en la mañana, con todas las ganas, sin embargo a los pocos minutos de pedaleada, mi animo comienza a cambiar. Si hay algo malo en la Guyana, es el nivel de sus conductores. Son malisimos!!!. permanentemente debia salir a un lado de la ruta, porque un auto o un camion se me venia encima, y a pesar de todo el peligro presente, hasta los ciclistas locales les encanta manejar en contra del transito, y también se me venían encima. Como sabran, entre mi equipaje llevo un palo, el que uso para apoyar la bicicleta. En estos momentos ya rondaba por mi cabeza darle un uso distinto, y usarlo para corregir a los conductores que por nada ponen en peligro la vida de las personas. Un buen palo y listo!! como se diria en mi pais, pero este se perdió en el momento oportuno.
Afortunadamente a medida que avanzaba los vehiculos comenzaban a disminuir. En la ciudad de Linden se termino el asfalto, y comienzo a adentrarme lentamente en la selva, y cada dia, mientras mas pedaleaba, menos autos me acompañaban, hasta no ver mas de 5 o 6 en un dia.
Los primeros dias en la selva fueron dificiles. Por un lado el calor, y por otro mi bicicleta iba mucho mas pesada de lo normal, dado que en este sector las distancias entre aldeas son grandes, las distancias entre pueblos lo son aun mas, teniendo mas de 450 km entre almacenes apropiados para la compra de viveres. Iba cargadisimo!!!
Los dias en el primer tramo de esta ruta fueron interesantes. El segundo dia de pedaleo, ya con menos autos, decido hacer una parada a comer alrededor de las 11 am. Lentamente, y en medio de la soledad de la selva, comienzo a escuchar un extraño sonido, como un llanto surgido del corazón del bosque, como si los arboles y algunos animales se estuvieran lamentando. Es la segunda vez que escucho este sonido. La primera vez fue junto con Rossi (La aventurera australiana), en la ribera del rio Tapajos, en la selva brasileña, y simplemente no pudimos darle una explicación, dado que el sonido es muy diferente del viento pasando por en medio de los arboles. En fin, mas adelante preguntaría a los amerindios locales el origen de este aterrador ruido de la naturaleza.
Durante este mismo dia, simplemente me llego la noche lejos de toda aldea, por lo que decidí acampar selva adentro. En esta noche me costo dormir. Los pasos de los animales rondando la carpa me despertaban continuamente, lo mismo acontecio durante la tercera jornada.
Acampando en medio de la selva, al levantar la carpa, percibo un animal mirandome. Era un cerdo salvaje, el cual solo mirarlo y salio disparado corriendo selva adentro. Día tras día de recorrido, podía observar una cantidad muy grande de animales, algunos de ellos me parecieron muy extraños, nunca habia imaginado que animales, principalmente aves de esos tipos, pudieran existir. Mas siempre sucedía lo mismo. Solo mirar a los animales y estos salian disparados a esconderse, por lo que tomar fotos de ellos no me resulto posible.
Es durante la tercerda jornada que el pedaleo se vuelve mas agradable. La selva es tan profunda que las copas de los arboles me dan sombra. Y es en estos momentos agradables e inspiradores que diviso a unos 20 mts al frente mio un jaguar. Creo que ni siquiera me vio. Solo cruzo el camino y se adentro mas aun en la selva. Este primer encuentro con un animal de este tipo de dejo muy fascinado, poder contemplar un jaguar en su habitat natural me parece muy bonito, sin embargo sabia en mi interior que no seria el unico.
Ya el cuarto dia de pedaleo, considero ya estar muy profundo en la selva. La ruta se vuelve durisima. El camino esta en un pesimo estado, lleno de arenales, por lo que me toca arrastrar la bicicleta por muchos Kilometros. Así sigo camino, esforzandome sobremanera, hasta llegar a la entrada del parque Iwokrama, un bellisimo parque nacional. A la entrada de este lugar y una vez atravesado el rio, paro muy temprano a descansar en Fairview, una aldea de amerindios en medio del parque nacional.
Esa noche fui invitado a compartir con los Amerindios locales. Estos tienen buena conversación, son hospitalarios. En medio de La conversa, un amerindio toma su rifle y sale con su interna a revisar la aldea. Los perros se han escondido súbitamente, los cual es alarma de que un jaguar se encuentra al acecho. Ellos me contaron que los jaguares no atacan humanos, al menos ninguno de ellos tiene recuerdo de eso, sin embargo en los últimos meses, estos felinos han estado comiéndose los perros, por lo que son un dolor de cabeza para la gente local. Iba a dormir en una hamaca, luego de esto armo mi carpa y duermo con un cuchillo al lado. Solo por si acaso.
Durante esta misma conversación, aprovecho de preguntar cual es el origen del tétrico sonido escuchado en el bosque. Los amerindios me miran helados, según la cultura local, este sonido corresponde al Bushman. Un espíritu que habita en las profundidades de la selva, nadie lo ha visto, sin embargo se puede escuchar en la soledad de la selva. Personalmente prefiero no creer en espíritus merodeando los oscuros bosques, sin embargo, no tengo una explicación lógica para esto. Con ruido o sin ruido, el viaje debe continuar.
Al amanecer nuevamente escucho el famoso lamento. Me levanto mas temprano de lo normal, dado que estoy al inicio del parque, y creo que acampar en medio de este y solo, no es de las mejores ideas, por lo que debo llegar a la siguiente aldea antes del anochecer. Tengo un presentimiento en mi interior, que de manera simbólica es momento de enfrentar algunos miedos internos.
Parto con los primeros rayos del sol. La zona es montañosa por lo que avanzo relativamente lento. Luego de una media hora llega el momento. En frente mío, a menos de 5 metros de distancia , un enorme Jaguar. El animal me mira fijamente, quizás sin saber si asociarme a una presa o a un depredador. Yo por otra parte recuerdo los comentarios de los negros que solo trabajan en la selva, tienen miedo de todo, y esto seria extremo para ellos, por otro lado recuerdo las palabras de los sabios Amerindios: “los jaguares no atacan personas”. Solo hay dos opciones; parar o seguir. No quiero que el Jaguar me perciba como su presa, por lo que seguir es el camino. Afortunadamente el jaguar sale corriendo y se adentra en los arboles, yo decido parar. Es momento de darle tiempo al animal para que huya, y no deba “defenderse”. Tomo en mi mano un cuchillo (para cortar pan) y una cadena (con la que amarro la Bici), que en caso de enfrentamiento no creo que me hubieran servido de mucho, y decido seguir los siguientes metros.
El momento ha pasado. Ya me siento tranquilo y se que puedo pedalear sin miedo hasta la siguiente aldea. No habrá mas jaguares.
Sigo camino inmerso en mis pensamientos. Antes de llegar al siguiente poblado, los arboles comienzan a disminuir de tamaño, y lentamente el horizonte comienza a abrirse espacio. Estoy saliendo de la selva, y al frente mío se encuentra la Sabana Guyanesa. Ya no habrá más selva. Ahora veo amplio. Una sensación que no experimentaba en un largo tiempo. La belleza del paisaje lentamente comienza a invadir mi interior. Esto es belleza decía en mi cabeza, mientras una lagrima caía. La sabana Guyanesa realmente me sorprendió. La grandiosidad de su paisaje y la calidez de sus habitantes me hicieron sentir en casa. Mientras pasaba, decenas de niños regresaban a sus casas desde el colegio, y uno a uno me saludaban, muy respetuosamente. Quizás no todos los días se ve un extranjero, en bicicletas por estos solitarios caminos.
Decido parar, y pregunto en una casa si puedo dormir ahí. Me invitan a quedarme algunos días a descansar. Que mejor!!!. Luego de 6 días en la selva me cae de maravilla descansar en una casa y compartir con una familia local, y a la vez conociendo el lado bello del país. Comparto mi último paquete de arroz, y preparo las energías para los últimos kilómetros, antes de llegar a Brasil, y pasar al siguiente país.
Mi tercera impresión de Guyana es mas que excelente, y en definitiva la belleza del interior, de la selva y la sabana combinado con la calidez de sus habitantes, hacen que pueda salir encantado con el país. Definitivamente su lado bueno, es mas bueno que el promedio de los países, pero es necesario buscarlo para experimentarlo.